La lluvia de meteoritos Dracónidas 2011 y los sistemas satelitales

Posted by barbagris | Posted in | Posted on 18:55


La NASA está analizando los posibles riesgos para los satélites artificiales derivados de la lluvia de meteoritos conocida con el nombre de Dracónidas, que se espera que sea de especial intensidad en octubre de 2011.

El riesgo no se produce tanto por la probabilidad de daños físicos por impactos directos como por el intenso campo eléctrico generado por los meteoros, que puede provocar anomalías en la electrónica a bordo de los satélites. En este caso, los sistemas de telecomunicación terrestres seguirían funcionando sin problemas (fibras ópticas, radio, etc), aunque es necesario prever las posibles consecuencias de la degradación de los sistemas basados en satélite.

A continuación transcribo parte del artículo “The 2011 Draconid shower risk to Earth-orbiting satellites“, escrito por William J. Cooke (Meteoroid Environment Office, Marshall Space Flight Center, Huntsville, AL) y Danielle E. Moser (Stanley, Inc., Huntsville, AL), en el que se analiza este riesgo a partir de modelos estadísticos. Se prevé que la NASA emita informes más precisos a principios del año 2011.

El riesgo de la lluvia Dracónidas 2011 para los satélites artificiales.

Los modelos actuales de predicción de lluvias de meteoritos pronostican una fuerte intensidad para las Dracónidas, posiblemente con nivel de tormenta, para el 8 de Octubre de 2011, con una duración de aproximadamente 7 horas y picos entre las 19 y las 21 horas UTC. Las predicciones se expanden un orden de magnitud, con tasas horarias cenitales (ZHR) máximas desde unas pocas decenas hasta varias centenas.

La calibración del Modelo de Flujo de Meteoritos (MSFC) de la NASA, a partir de observaciones ópticas y de radar de eventos pasados, particularmente de la lluvia de Dracónidas de 2005, sugiere que la tasa máxima será de varios cientos a la hora. Considerando la elevada densidad espacial del flujo de las Dracónidas, esto implica un flujo máximo de 5-10 Dracónidas por kilómetro cuadrado y hora (para un diámetro limitado a 1 mm), es decir, entre 25 y 50 veces mayor que el flujo normal esporádico de 0,2 meteoros por kilómetro cuadrado y hora para partículas de este tamaño.

Asumiendo una tasa ZHR de 750, esto supondría 15,5 Dracónidas por kilómetro cuadrado, lo que implica multiplicar por 10 el riesgo para las superficies de las astronaves vulnerables a impactos de hipervelocidad por partículas de 1 mm.

Actualmente es conocido el hecho de que una fracción significativa de las anomalías producidas por las lluvias de meteoritos en las astronaves (p.ej. OLYMPUS y LandSat 5), es causada por las descargas electrostáticas generadas por los impactos de los meteoritos. En estos casos, la carga generada es más o menos proporcional a v^3,5, considerando el movimiento de las Dracónidas a 20 km/s, es decir, con un potencial para causar daños eléctricos 80 veces inferior al de una lluvia de Leónidas de la misma masa. En otras palabras, una lluvia de Dracónidas con una tasa ZHR máxima de 800 presenta el mismo riesgo eléctrico que una lluvia de Leónidas con una tasa ZHR de 15, asumiendo que los índices de masa y la duración de las lluvias son idénticos. Esta conclusión se basa en el hecho de que no se registraron anomalías eléctricas en astronaves durante las intensas lluvias de Dracónidas de 1985 y 1998.

Sin embargo, la ausencia de anomalías en el pasado no ha de tomarse como una carta blanca para los operadores de los sistemas vía satélite en lo referente a ignorar las Dracónidas del 2011, ya que dicha lluvia sigue suponiendo un incremento en el riesgo para las astronaves ubicadas en el espacio cercano. Cada astronave es única y sus componentes tienen distintos umbrales de tolerancia a los daños, por lo que se sugiere a dichos programas que realicen análisis para determinar si se precisan o no estrategias de mitigación para sus astronaves.

Comments (1)

Esto es constante en la Nasa, siempre están al loro de todo, para prevenirlo si es que se puede.

Publicar un comentario